El Desembarco de Normandía



“El Día más largo del Siglo” o “El Día D”, inició la mañana del seis de junio de 1944, al ponerse en marcha la operación “Overlord”. Alrededor de 300 mil soldados al mando del general estadounidense Dwight Eisenhower, desembarcaron en las costas de Normandía con el objetivo de acabar de una vez por todas con la pesadilla nazi, la cual había cobrado ya millones de vidas inocentes enarbolando la bandera del antisemitismo.
Para entonces, los ejércitos rusos habían recuperado la parte de su territorio que Adolfo Hitler había invadido en el intento por realizar su sueño imperialista. Pero se hacía necesario dar el golpe definitivo, y los gobiernos de Francia, Inglaterra y Estados Unidos tomaron el asunto en sus manos. La movilización militar emprendida, fue hasta entonces la más grande de la historia; participaron miles de soldados y paracaidistas además de otros millares de técnicos aéreos... Barcos, vehículos de guerra, barreminas, todo lo necesario para el ataque que escribiría uno de los episodios más sangrientos.
Al recibir la voz de salida por parte del general Eisenhower, el enorme ejército con sus pertrechos de guerra inició la travesía con el objetivo de cruzar el Canal de la Mancha. Eran las 6:31 de la mañana del seis de junio de 1944, cuando en medio de un silencio increíble si se considera lo numerosa de la movilización, empezaron a desembarcar los soldados en las playas de Utah, al oeste de Omaha. Además, por las costas de Sword, Juno y Gold, tomaron tierra las tropas anglocanadienses. Testimonios de los sobrevivientes han revelado que la lucha fue sangrienta y atroz desde el primer momento, pues los ejércitos alemanes dieron batalla, aunque tuvieron luego que replegarse para formar dos líneas de defensa en espera de refuerzos... Refuerzos que no llegaron, mientras que las horas de hacían inmensamente largas y angustiantes. Al parecer, las noticias de la invasión llegaron varias horas después a oídos de Hitler, quien se encontraba durmiendo en su refugio de Berchtesgaden. El mariscal Von Rundstedt había llegado tan pronto como pudo a dar aviso al Fuhrer, pero sus órdenes habían sido claras: no deseaba ser molestado bajo ninguna circunstancia. Quizá por lo inesperado del ataque, o por la falta de una estrategia a seguir sin las órdenes de Hitler, las tropas alemanas actuaron con una descoordinación evidente.



El jefe de operaciones en el frente occidental alemán festejaba ese día su onomástico con su familia y el general Friedrich Dollman, irónicamente, se hallaba a muchos kilómetros de distancia dirigiendo un simulacro de rechazo contra tropas invasoras. Esa misma noche, los ejércitos aliados reportaron haber tomado los objetivos previstos en lo que fue el día más largo. Durante los meses siguientes, los bombardeos se sucedieron uno a otro, los enfrentamientos siguieron y el saldo fue aterrador con cifras de cientos de miles de muertos en combate. Sin embargo, “El Día D” o “El Día más largo del Siglo”, se recuerda como el símbolo de la liberación europea del yugo nazi. Ese día inició la debacle del terror nazi. Aquí os dejo el desembarco aliado en Normandía más detalladamente: El Desembarco de Normandía En 1944 la Werhmatch tenía diseminadas a sus fuerzas en una guerra de varios frentes: se había perdido África, en el frente del Este la situación era desesperante ante el irresistible empuje del Ejército Rojo, en Italia la lucha estaba perdida, aunque se seguía peleando. Los Aliados pensaron que era el momento ideal para el ataque.

 El 6 de junio de 1.944 (Día D), entre las seis y las siete de la mañana, las tropas Aliadas llevan a cabo el Desembarco de Normandía, en Francia. Establecen cabezas de puente y abren así un segundo frente al Oeste del Reich Alemán, ya amenazado en el Este por el avance del Ejército Rojo, que ha liberado Bielorrusia y se acerca incontenible a Polonia. 1.942 no pudo ser el año, ya que todavía no se habían podido reunir los hombres y el material necesario para llevar una operación de tal magnitud. En 1.943 el teatro de operaciones principal estaba en Italia, así que la proyectada invasión tuvo que posponerse otro año más ante las reiteradas protestas de Stalin, que abogaba por la apertura de un "segundo frente" en Europa que comprometiese a más tropas alemanas en el Oeste y aliviase su situación. La Operación Overlord Preparada desde diciembre de 1.942 por el general británico F.E. Morgan y, después, a partir de enero de 1.944, por el Cuartel General de las Fuerzas Aliadas (SHAEF), la operación de invasión de Europa se codifico bajo el nombre de Operación Overlord. Preveía el equipamiento, transporte y concentración de 3.500.000 hombres en Inglaterra (1.750.000 británicos, 1.500.000 estadounidenses y 250.000 soldados de diversas nacionalidades: polacos, franceses, etc.), así como la construcción de veinte millones de toneladas de material de desembarco, la organización de un gigantesco plan de abastecimiento (armas, gasolina, etc.) y el establecimiento de la estrategia militar que debería aplicarse.

 Todas estas cuestiones fueron abordadas sistemáticamente y con minuciosidad, mientras que los bombardeos destruían las vías de comunicación del enemigo y los objetivos estratégicos, y también a la población civil. Los responsables de la operación son el general Dwight D. Eisenhower, general en jefe, y sus adjuntos Bedell Smith, Arthur W. Tedder (mariscal del Aire), el general Montgomery, comandante de las fuerzas terrestres, y el mariscal del Aire sir Trafford L. Leigh-Mallory, comandante de las fuerzas aéreas. La flota de desembarco está al mando de los almirantes Alan C. Kirk y Philip Vian. Las fuerzas implicadas en la operación de desembarco son enormes: 4.216 embarcaciones de desembarco (landing ships y landing crafts), 1.213 navíos de guerra, 11.590 aviones (de los cuales 3.340 son bombarderos pesados, 930 bombarderos ligeros y 4.190 cazas), y, por último, 36 divisiones anglo-estadounidenses y 13.200 soldados paracaidistas.
 El plan involucraba al grueso de los ejércitos estadounidense y británico, apoyados por tropas auxiliares canadienses, francesas, polacas y de otras nacionalidades para asaltar las playas de Normandía, por medio de desembarcos anfibios. Previamente, se habían de lanzar tropas paracaidastas pertenecientes a la 101ª y 82ª División Aerotransportada estadounidense para asegurar algunos sectores en la península de Contentin. Las tropas paracaidistas británicas harían los mismo en el valle del Odon. De cara al desembarco se dividió el sector de Normandía en cinco playas o zonas de influencia.


Las cinco playas fueron bautizadas con los nombres de Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword. Los estadounidenses desembarcarían en las playas Utah, al Sur de Cherburgo, y Omaha, cerca del pueblo Viervielle-sur-mer. Los británicos se ocuparían de las playas Gold, cerca de Arromanches, Juno y Sword, esta última con la ayuda de los canadienses. La playa Sword se encontraba cerca del valle del rio Orne, entre los rios Odon y el canal de Caen. A Montgomery se le encomendó tomar la ciudad de Caen el mismo día de la invasión, pero su indecisión le hizo perder un tiempo precioso. Caen cayó dos semanas después tras cruentos combates.

 Las defensas de la wehrmacht Imagen En 1.942 Hitler manda construir fortificaciones costeras, la Atlantikwall (Muralla del Atlántico), una línea de defensa costera llena de grietas y mal pertrechada en amplios sectores, pero sobrevalorada por la propaganda oficial nazi, como el muro de defensa de la "Fortaleza Europa". Asimismo levantan obstáculos en las playas y siembran las costas francesas de minas terrestres. En 1.943 continuaron los trabajos y en 1.944 Hitler ordenó acelerarlos estableciendo como zona de prioridad el paso de Calais.
 Los Aliados hicieron todo tipo de maniobras de diversión para hacer creer a Hitler que la invasión se produciría en el sector de Calais, baste decir que por cada misión de bombardeo preparatorio efectuada sobre Normandía, se hacían dos sobre Calais.
Hitler creía firmemente que los Aliados escogerían Calais como sector principal para la invasión, dado que era el punto en el que la distancia entre las islas británicas y el continente era menor, facilitando el transporte y defensa de las tropas y dando mayor radio de acción a los bombarderos. El jefe supremo del frente del Oeste es el mariscal Von Rundstedt. Las costas del canal de la Mancha y del Atlántico (hasta el Loira), están defendidas por el Grupo de ejércitos B (mariscal Rommel); las demás costas (incluidas las mediterráneas), por el Grupo G (mariscal Blaskowitz). Además, Hitler confía en sus "armas secretas", ahora a punto, para aplastar a Inglaterra: las "bombas volantes", V1 y V2 (V, inicial de Vergeltung, "venganza"; también conocidas como "arma de represalia 1"). El Día-D Los primeros planeadores y paracaidistas son lanzados a las 0 h 15 min (0015 según la anotación habitual) cerca del puente de Bénouville, a orillas del canal de Caen (británicos) y en el Cotentin, cerca de Montebourg (estadounidenses). A las 0314 (3 h 14 min), empieza el bombardeo aéreo, y a las 0550 el bombardeo naval. Para las Divisiones Aerotransportadas, las cosas empezaron a salir mal: Los transportes, al intentar evadir el fuego antiaéreo se separaron mucho entre sí, de modo que cuando se tras el lanzamiento de los paracaidistas, éstos quedaron diseminados por toda la retaguardia enemiga. Aún así, un 70% de la fuerza pudo agruparse y entrar en acción. Los paracaidistas británicos por su parte lograron tomar los objetivos marcados y sostenerlos hasta la llegada de refuerzos.



 Las primeras oleadas de infantería y los primeros carros de combate desembarcan en la costa a las 0630 (6 h 30 min) en el sector estadounidense, y a las 0730 en el sector británico. En la playa Utah se cumplen los objetivos y en poco tiempo, las tropas desembarcadas enlazan con unidades de la 82ª División Aerotransportada.

 En la playa Omaha por contra los acontecimientos se suceden de forma adversa para los estadounidenses. La 352ª División alemana se encontraba apostada en la playa y opuso una resistencia tenaz. La 1ª y 4ª Divisiones estadounidenses lucharon encarnizadamente por cada centímetro de playa. No lograron consolidar la cabeza de puente hasta el final de la jornada, gracias a los constantes refuerzos, el fuego de la artillería naval, los bombardeos tácticos y un elevado número de bajas (se estima que algo más de 3.000 hombres).Los estadounidenses bautizaron la playa como Bloody Omaha (Sangrienta Omaha). Los las tropas británicas y canadienses tuvieron mejor suerte, pero avanzaron muy poco. El 6 de junio por la noche, diez divisiones estadounidenses, británicas y canadienses han puesto pie entre el Orne y el Vire.



 Aunque no se han logrado todos los objetivos previstos y se ha conquistado muchísimo menos terreno que el esperado, se han instalado sólidas cabezas de puente en donde los siguientes días desembarcarían 250.000 hombres y 50.000 vehículos. Todos los jefes de los Estados ocupados refugiados en Londres lanzan mensajes de liberación. Sólo, De Gaulle, que no ha sido informado hasta el 4 de junio del plan anglo-estadounidense, no se asocia a esta ceremonia. Habla por separado en la BBC y declara: "La batalla de Francia es la batalla de Francia... Reaparece el sol de nuestra grandeza..." Pero no señala -sino con una alusión a las "fuerzas armadas Aliadas y francesas"- que esta liberación es obra integral de la potencia estadounidense y de la tenacidad británica.
 Los alemanes efectuaron varios contraataques que fueron rechazados por el fuego naval y los bombardeos Aliados. El camino para la liberación de Europa estaba trazado. Hitler, obstinado en la idea de que el desembarco era una maniobra de diversión y que el ataque principal se produciría en Calais, ordenó contraatacar con todas las fuerzas disponibles en lugar de efectuar un repliegue ordenado de cara a estabilizar el frente.
 Demasiado tarde. París fue liberado en agosto, y los aliados efectuaron otro desembarco en la costa mediterránea de Francia (Operación Anvil) como refuerzo. Ahora, lo único que separaba a los Aliados del corazón del Reich era la Línea Sigfrido y el Rhin.



Libros





 





Las 24 horas más cruciales de la historia militar: el 6 de junio de 1944, 7.000 buques desembarcaron en Normandía y 132.000 soldados realizaron un ataque dramático detallado en este libro con un texto revisado y espectaculares fotografías.





La historia de los agentes dobles que engañaron a la Alemania nazi y contribuyeron al éxito del desembarco en Normandía es bien conocida. O así lo creíamos. Porque esta es la primera vez que estos personajes y sus actos se han investigado a fondo con la documentación de los archivos del Servicio Secreto británico, y lo que Ben MacIntyre –uno de los más prestigiosos investigadores del mundo del espionaje, autor de “El agente Zigzag” y de “El hombre que nunca existió”- ha descubierto es que lo que los propios protagonistas contaron en sus memorias no era toda la verdad. MacIntyre profundiza en la realidad humana de estos espías –Juan Pujol “Garbo”, Roman Czerniowski “Brutus”, Dusan Dusko “Popov”, Elvira de la Fuente, Lily Sergeyev- y de los numerosos personajes de los servicios de información alemanes y británicos entre los que se movían para descubrirnos la verdadera historia de unos seres “valientes, traicioneros, inseguros, codiciosos e inspirados” que llevaron a cabo una obra maestra de engaño, nunca plenamente revelada hasta ahora, que salvó incontables vidas.








Antony Beevor ha alcanzado justa fama universal con sus libros de historia del siglo XX, entre los que sobresalen los bestsellers Stalingrado; Berlín y La guerra civil española, traducidos a más de treinta idiomas. El secreto de su éxito está en su portentosa capacidad para dotar de carne y sangre, de vida, a las criaturas históricas que pueblan sus libros. El puntilloso rigor del documentalista se convierte, por el arte de Beevor, en brillante narración donde no se sabe qué admirar más, si su solvencia histórica o la irresistible adicción literaria que suscita. Ahora, el genial escritor vuelve a maravillarnos con su narración del Día D. Tras largos años de trabajo en archivos que sus predecesores no pudieron consultar (más de treinta, en media docena de países), ha escrito lo que nos parece una obra total sobre la experiencia de la guerra: los preparativos de la invasión de Normandía por las fuerzas aliadas, la disciplinada resistencia de los soldados alemanes, el enfrentamiento, terrible, en las cabezas de playa, el penoso avance en territorio francés con batallas tan fieras como las que se libraban en el frente oriental, el calvario de los civiles franceses masacrados por ambos bandos, las miserables disensiones entre los jefes militares, o la visión, casi insoportable, de la exacción más terrible de la guerra: los heridos, los desnudos y los muertos.








Fue el asalto anfibio más complejo, espectacular y de mayor magnitud emprendido hasta entonces, el momento culminante de la guerra más sanguinaria y cruel de la historia. Pero cuando convergieron 7.000 barcos, 1.000 aviones y 150.000 soldados en la costa de Normandía, el 6 de junio de 1944, el resultado del ataque, llamado en clave «Operación Overlord», distaba mucho de ser seguro. En este libro, uno de los historiadores más destacados del siglo XX presenta una descripción incisiva y dramática de la planificación estratégica, los conflictos internos y los enormes esfuerzos que condujeron a aquel día decisivo. A través de un relato vívido y muy bien documentado de la batalla, Martin Gilbert capta también el horror y el heroísmo del día D, desde los ataques de los paracaidistas tras las líneas enemigas hasta el fuego cruzado en la propia playa. El desembarco de Normandía, que se complementa con veintisiete mapas preparados especialmente para el libro, ofrece una versión de los hechos fascinante y conmovedora que arrojará nueva luz sobre uno de los principales logros de la historia de las guerras.












Sin lugar a dudas, el desembarco de Normandia es una de las fechas clave en la historia contemporanea, no solo de Europa, sino también del mundo, Fue la batalla cumbre de la segunda guerra mundial, una operación sin precesentes que tuvo lugar en junio de 1944 hace 70 años. Los secretos del dia D es la fascinante y poco conocida historia del por qué. Larry Collins desgrana hora por hora la trama secreta de los acontecimientos, las decisiones y errores de los dirigentes, desde el origen del proyecto de desembarco hasta el desarrollo y el éxito final de la más fantástica partida de ajedrez de todos los tiempos


















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