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-¿Que escritores te han influido en tu creación literaria?
Me han influido en gran medida los escritores del Siglo de Oro; muchos de ellos residieron en Madrid y en sus obras he encontrado una fabulosa fuente de información sobre las costumbres, la moda, la gastronomía, el talante más castizo y, en general, la vida en la Villa y Corte de aquella época.
-¿Para escribir un libro es necesaria una investigación previa?
Yo creo que sí. Has de abismarte en la narrativa hasta salir de tu propia realidad y entrar en la de los personajes. Únicamente así logras sumergirte en la trama y adoptar el carácter de cada personaje para otorgarle verosimilitud a ojos del lector.
Eso solo se consigue efectuando una investigación previa tan exhaustiva que te exima de escribir pensando ser un personaje y te permita hacerlo sintiendo que ya lo eres. El sentimiento viaja más rápido que el pensamiento y, si en lugar de pensar, sientes, la pluma vuela y las letras fluyen libres.
- ¿cuanto tiempo de tu vida has dedicado a escribir tu libro?
Cuatro años; cuatro largos años, con sus días… y también sus noches.
- ¿Cuál es el escritor que más admiras o te gusta leer?
Sin ninguna duda, Miguel de Cervantes y, en particular, su Quijote. No importa cuántas veces lo lea; siempre descubro alguna genialidad nueva.
- ¿En que sitio te sientes cómoda para escribir?
En una habitación de mi casa. Yo la llamo mi “habitación del pánico”; la quiero y la odio a partes iguales, porque ha sido el zulo responsable de una dilatada clausura y, simultáneamente, una máquina del tiempo donde pude viajar al ayer y recorrer un camino de vida.
¿Cómo no quererla y a la vez odiarla si entre sus cuatro paredes sentía que solo la fiebre de escribir podía sanarme?
- ¿5 libros que te han marcado tu vida?
-Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Ha marcado mi vida y a mí; es sencillamente magistral.
-Los pilares de la tierra, de Ken Follet. Lo leí en mi primer año de carrera, un año muy difícil que superé gracias al consuelo que me procuraba pernoctar en Kingsbridge de cuando en vez.
-La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón. Lo leí durante mi luna de miel. Jamás olvidaré ni las sombras de aquellos vientos ni las mieles de aquellas lunas.
-El caballero de la armadura oxidada, de Robert Fisher. Un pequeño gran libro donde aprendí que las lágrimas sanan.
-Los poetas del Ártico – Historias de Groenlandia, de Francesc Bailón. Este fabuloso libro gira en torno a la cultura inuit, un pueblo que habita parte del Ártico y que resolvía sus conflictos, excepto el asesinato, mediante duelos cantados; improvisaban canciones o poemas y, o bien ganaba quien mejor improvisaba, o bien perdía quien, incapaz de encajar las mofas del rival, se retiraba. El pacífico espíritu de los inuit sumado a la magnífica prosa de Francesc Bailón me enseñaron que las guerras sin armas existen y que, mientras los cañones destruyen, las palabras, contadas o cantadas, construyen.
.¿que encontraremos en tu novela?
Encontraréis una acción trepidante bordada de amistad, familia, supervivencia, lucha, honor, muchas risas y algunas lágrimas… Os toparéis con la Inquisición, con la Inclusa, con la Ronda del Pan y el Huevo; visitaréis los mentideros de la Villa; participaréis en el divertido comadreo de los irónicos madrileños, y recorreréis las calles que otrora pisaron Cervantes, Lope, Góngora, Quevedo, Tirso de Molina, Calderón…
En Libelo de sangre encontraréis el Madrid de 1621, un Madrid vibrante y a la vez sombrío; mejor dicho, no lo encontraréis… os encontraréis en él, y, en cuanto eso suceda, vuestros cinco sentidos se activarán.
Entonces veréis los colores de aquel añejo Madrid; oleréis sus aires; degustaréis sus sabores; oiréis su perpetuo bullicio, y tocaréis sus rincones.
Y quizá también se active un sexto sentido: el de la orientación, porque experimentaréis tal inmersión en la Villa y Corte que perderéis pie en el presente y viajaréis al pasado… a un pasado en el que, mientras la fe en Dios encendía corazones, los delitos contra ella encendían hogueras.
- ¿hay algún personaje de tu novela que se identifica contigo?
En realidad, me identifico con todos los personajes.
En todos late una parte de mí… incluso en los malvados; no en vano se han gestado en el seno de mi tintero. Puedes escribir en papel ajeno y con pluma extraña, pero siempre lo harás con tu letra y tu letra habla de ti; talmente sucede cuando creas personajes: puedes inspirarte en terceros, pero, de una u otra forma, portarán tu sello.
- ¿las ideas para la historia como van surgiendo?
En mi caso, han ido surgiendo a medida que he ido escribiendo. Libelo de sangre nació de una sinopsis bastante escuálida; sin embargo, cuando empecé a nutrirla, los personajes comenzaron a brotar solos. La historia me los pedía y yo me limitaba a seguir mi instinto y crearlos. No obstante, andaba preocupada, porque no sabía de qué modo engarzaría las subtramas de todos aquellos personajes en la trama principal. Y un día ocurrió algo mágico: la trama de un personaje encajó en la de otro; la de este otro lo hizo en la de un tercero; la del tercero, en la del cuarto, y, así, todos los personajes fueron hermanándose de una manera tan natural que parecían conocerse sin que yo los hubiera presentado.
- ¿porque Novela histórica, escribirías otra temática?
De momento no me planteo una temática diferente a la histórica. Soy muy aficionada a la novela histórica y siempre soñé con escribir una. Aunque he cumplido mi sueño, nadie me advirtió de cuán adictivos pueden resultar ciertos sueños, porque ahora necesito escribir otra… y en ello ando.
Es mi ventura y mi desventura, pues me espera un nuevo encierro y un nuevo viaje; un nuevo dilema entre querer y no querer, y un nuevo cautiverio en las penumbras del síndrome de Estocolmo, ese que unos llaman “el perro del hortelano” y que la dramaturga estadounidense Dorothy Parker adaptó a la realidad del escritor afirmando que “odio escribir, pero adoro haber escrito”. En honor a mi cuna madrileña, permitidme expresarlo en rima castiza: dulce quimera y cruento castigo, ni vivo sin ti ni vivo contigo.
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