Ernesto, catedrático de Historia, encuentra en el archivo del Tribunal Militar, una carta enviada en el año 37, en la que un alto cargo comunica a los padres del cabo José Rico que su hijo ha sido fusilado. El documento despierta el interés del historiador que se va adentrando en la biografía de este joven destinado en Ceuta el año del levantamiento militar. En un arranque de valentía, compromiso con la República e inocencia, cuando José Rico se entera de que el jefe del Estado Mayor, Francisco Franco, va a recalar en Ceuta antes de iniciar su marcha hacia la península, propone a sus compañeros disparar contra él durante el encuentro que tiene previsto realizar con los soldados. Franco nunca departirá con ellos, sin embargo, alguien delatará las intenciones de los insurrectos. Antes de que el jefe del Estado Mayor parta hacia la península, todos estos son encarcelados y más tarde fusilados. Durante los días que permanece en prisión, José Rico escribe un diario. En él cuenta su desesperación, la angustia que siente por el dolor de su familia y el horror ante lo que está sucediendo. Ernesto lee este diario y con los apuntes biográficos de José Rico, decide seguirle el rastro hasta dar con Toño, hermano de Rico y único miembro de la familia que queda vivo. Toño es el último testigo que puede dar cuenta del sufrimiento que supuso la guerra civil y la posguerra para familias anónimas cuya historia, una vez fallecidos los protagonistas, apenas quedará en algunos documentos.
4 comentarios:
Muy interesante por cierto
SAludos
Doña Guiomar de Ulloa
No es mi epoca favorita, pero bueno.
Yo prefiero otros siglos, como puedes ver, pero de vez en cuando no esta mal variar :)
Bisous, monsieur
Me gusta mucho la novela histórica, esta me la leo, seguro!
Un besico.
siempre paso por este hermoso blog pero hace rato que no dejo mensajes.
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