Esta es una historia de amor, de sueños y de vida.
La de Valentina. La chica que no sabía que tenía el mundo a sus pies, la que creció y empezó a pensar en imposibles.
La que cazaba estrellas, la que anhelaba más, la que tropezó con él. Con Gabriel.
El chico que dibujaba constelaciones, el valiente e idealista, el que confió en las palabras «para siempre», y creó los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo que fueron y los recuerdos que se convertirán en polvo.
1 comentarios:
Cazar estrellas suele ser una sensación del alma, y la esperanza de esa juventud inolvidable, preciosas letras.
Abrazo
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